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Hace poco se presentó en Madrid el informe “El Comercio Justo en España 2009. Cuestión de género” elaborado por SETEM y la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ). Según este informe, el Comercio Justo sufrió un descenso del 2,9% en el 2008 con respecto al año anterior. Desde el 2000 hasta el 2007 había estado en alza constante- con ingresos de más de 7 millones de euros en 2000 hasta los 16,8 millones en 2008. Lo que supone una media de crecimiento interanual del 12,1%.
En cambio, la caída producida este último año se debe a la crisis que está sufriendo el país y que ha repercutido en las compras hasta el punto de cambiar estos hábitos positivos que empezaban a calar en la sociedad española. Nuestro país todavía tiene mucho que crecer para poder compararse al resto de Europa en nivel de ventas. “En realidad, el comercio justo llegó a España con 20 años de retraso con respecto a otros países como Holanda, en donde sí está plenamente desarrollado», ha explicado Gonzalo Donaire, responsable de estudios de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ).
El informe habla de las preferencias de los consumidores de productos de Comercio Justo. Lo que más consumen son productos de alimentación -60% de las ventas-. En cuanto a productos específicos, el café es el más vendido (casi la mitad de las ventas de alimentos) y el más identificado con esta denominación. Le siguen en ventas, el cacao y el azúcar. En cuanto a artesanía, los artículos más demandados son los complementos (30%), la decoración (26,7%), el textil de hogar (16,8%), la ropa (11,8%) y los juguetes (8,1%).
La mitad de las compras se realizan en tiendas de Comercio Justo. La otra mitad se reparte entre establecimientos de productos ecológicos (7,9%), supermercados y grandes superficies (12,3%), otros minoristas (16,7%) y, en menor medida, hostelería y máquinas de vending. La mayoría de las organizaciones productoras de Comercio Justo son cooperativas o asociaciones y provienen de 43 países; en su gran parte, latinoamericanos, seguidos de africanos y asiáticos.
La segunda parte del informe se enfoca en las desigualdades que sigue sufriendo la mujer en el mundo laboral y también la relación entre el género y el comercio justo. Destaca que el 70% de los 1.200 millones de personas que viven en la pobreza son mujeres y que en todo el mundo éstas reciben un salario menor que el hombre por el mismo trabajo realizado. Aún teniendo solo el 1% de la propiedad de tierra en el mundo, las mujeres son las principales productoras de alimentos, contribuyendo al 70-80% de la alimentación en África subsahariana, 65% en Asia y 45% en América Latina.
Es un poco decepcionante la noticia del descenso de las ventas de Comercio Justo en el último año pero, aunque la crisis nos atormente el bolsillo, tarde o temprano España entrará en esta tendencia global de valorar el producto no solo es por el precio si no por el beneficio “emocional”.
De igual manera, creemos que mientras más temprano nos demos cuenta que la era del individualismo está llegando a su fin para dar lugar a una nueva era de cooperación y solidaridad, antes podremos beneficiarnos de dar prioridad a productos, por ejemplo, generados con remuneración igual para hombres y mujeres (la equidad es uno de los principios básicos del Comercio Justo).