En la segunda edición de encuentros sobre Ecodiseño en Universo Vivo , se expusieron las diferentes perspectivas de profesionales involucrados en el mundo del diseño ecológico. Estaban representadas las distintas partes del proceso productivo y comercial, – el empresario, el diseñador, el consumidor…- y se llegaron a conclusiones muy interesantes que se pueden leer aquí.
De todo lo que se dijo nos parece interesante destacar dos puntos que surgieron en el debate.
Clemente Álvarez, periodista y colaborador de El País, abarcó el argumento del diseño ecológico desde el punto de vista cibernético. Según él, “mi experiencia como periodista en Internet me dice que a la gente le interesan estos temas, la gente quiere saber, ir más allá, llegar al fondo de la cuestión. Internet es muy bueno para informar, hay todo tipo de webs donde puedes ver qué hay detrás de cada producto”.
Él entiende que estamos inmersos en un cambio social, que estamos en una fase de cambio de valores. Así como a partir de la Revolución Industrial se adoptaron valores como el consumismo y el individualismo, en esta revolución cultural-tecnológica en la que Internet es el medio protagonista, el cambio social traerá con ella nuevos puntos de referencia. Por ejemplo, el valor de la cooperación en vez del individualismo. Esto ya se puede ver a través de las empresas que recurren al “crowdsourcing” para capturar nuevas ideas, desarrollo e innovación y colaboración para llegar a un bien común.
El valor de la sostenibilidad (el equilibrio de beneficios entre lo económico, lo social y lo medioambiental) es otro que está surgiendo a través de esta “revolución”. La sostenibilidad, aparte de ser una colaboración entre el hombre y la sociedad en busca de equilibrio, también es un valor que se expande y contagia por medio de las nuevas formas de interacción que ofrecen las TIC.
Cada vez se vuelve más fácil saber de dónde viene un producto, como fue producido y a coste de qué o quien. Y también se hace más fácil descubrir que una empresa no cumple las condiciones para llevar a cabo esta búsqueda de equilibrio y sostenibilidad. Los medios sociales de Internet nos están proporcionando esta posibilidad.
El segundo punto de reflexión se centra en el tipo de envases y envoltorios utilizados para el producto. Los embalajes con mucho plástico, cartón, papel crean exceso de residuo, por lo general perdura más que el producto en sí y muchas veces nos hacen olvidar lo importante: el producto y su finalidad.
Para Paloma Rodríguez, creadora de la tienda ecológica online En la morada verde “nuestra responsabilidad como consumidores es decir que no queremos todo esto, ser proactivos y decir a determinadas marcas que no estamos de acuerdo con su sistema de envoltura de producto”.