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Made-By es una marca que trabaja para la producción y proliferación de la moda sostenible. Su directora nacional, Allana McAspurn, escribe en el Forum de Comercio Internacional sobre la conciencia creciente de los diseñadores y medios de moda en cumplir con lo «ético» y «sostenible» y la repercusión que esto tendrá en las pasarelas, los consumidores y la sociedad mundial en general.
La cadena de valor internacional de la moda ética
Lo “ético” y lo “sostenible” irrumpieron en el programa de la industria de la moda de lujo. Esa conciencia creciente de los diseñadores de alto nivel y los medios de los países desarrollados está creando tendencias cuya repercusión irá de las pasarelas a los trabajadores de mercados emergentes. Aunque todavía quedan muchos progresos por hacer, la conciencia y la demanda crecientes de los consumidores suscitan optimismo en cuanto a las ganancias a largo plazo de la moda sostenible.
Tom Ford, diseñador de moda la proclamó; Julie Gilhart, Vicepresidenta de los grandes almacenes Barneys, la compra y de Suzy Menkes, crítica de moda, a Franca Sozzani, redactora de Vogue Italia, influyentes profesionales de los medios internacionales la apoyan. La moda ética y sostenible es estilo. Ahora, el reto consiste en incorporarla a la corriente principal y acercarla a la calle.
Las exportaciones de textiles totalizan $EE.UU. 222.000 millones anuales para los países en desarrollo y en transición; de ahí que la economía de la mayoría de ellos dependa de esas exportaciones. Por ejemplo, las exportaciones de textiles representan el 53 por ciento de la economía de Sri Lanka, el 80 por ciento de la de Camboya y el 73 por ciento en el caso de de Bangladesh. Pero las condiciones sociales y ambientales en las que se fabrican las prendas distan de ser transparentes. Eso cambiará cuando los consumidores empiecen a querer saber más sobre quiénes las confeccionan y de qué manera.
La Sra. Sozzani opina “que en el futuro, el comportamiento habitual será enfocar la moda con responsabilidad ética y que el problema no sólo se plantea en lo que respecta a los diseñadores, sino también a los consumidores porque llevará tiempo enseñarles a reconocer y elegir artículos sostenibles.”
Los medios están actuando y esa mayor sensibilidad por las prácticas éticas en la industria de la moda obedece en gran medida a los reportajes y la divulgación de la problemática del trabajo infantil y las prácticas laborales injustas en las cadenas de suministro, tal como lo revelara la serie documental de la BBC, “Sangre, sudor y camisetas”.
El “lujo sostenible” irrumpió en el programa de varios eventos de alto nivel, entre ellos, la conferencia del lujo del International Herald Tribune y el Proyecto Moda Futura de la Sra. Gilhart donde se presentaron diseños sostenibles de más de 30 marcas de lujo como YSL, Proenza Schouler y Donna Karan.
Contar con la participación de profesionales de la alta costura en el debate sobre el movimiento de la moda ética es crucial para su impacto. Según Michelangelo Pistoletto y Franca Sozzani, directores de la exposición Cittadellarte Fashion: Bio Ethical Sustainable Trend, el impacto de la influencia del mercado del lujo en las marcas principales, los medios de comunicación y el comportamiento de los consumidores salta a la vista. En pocas palabras: la alta gama del mercado de la moda establece el programa de las tendencias que luego surten la corriente principal.
“Si hoy en día un gran nombre del mundo de la moda lanza el respeto del medio ambiente como una moda, el éxito de la sostenibilidad será mucho más rápido”, afirma la Sra. Sozzani
El WWF concuerda con ella. Anthony Kleanthous y Jules Peck, asesores políticos del WWF, opinan que las etiquetas de lujo de alta gama están en buena posición para incorporar el aspecto ético en sus colecciones. “Los consumidores no suelen estar dispuestos a pagar más ni a molestarse en buscar para comprar verde o ético, pero valoran esas cualidades como elemento de una marca”, comenta el Sr. Kleanthous.
En un estudio de octubre de 2008 de TNS Worldpanel, empresa de investigación sobre el comportamiento del consumidor, se informa que el 72 por ciento de los consumidores británicos consideraba importante la producción ética de las prendas que compraba, en 2007, era el 59 por ciento. A su vez, investigadores de mercado de Mintel estiman que el mercado británico de ropa ética se multiplicó más de cuatro veces en los últimos cuatro a cinco años cifrándose en £175 millones ($EE.UU. 294 millones). Además, en 2007, la atención sostenida en temas sociales redundó en ventas de productos de algodón del comercio justo por valor de £34,8 millones ($EE.UU. 58,5 millones).
No obstante, el sector de la ropa ecológica u orgánica está muy poco desarrollado y los minoristas se muestran cautelosos. En el estudio de Mintel, un destacado minorista dice que “lo ecológico es importante, pero lo ético reviste mayor importancia porque es emocional y, por lo tanto, ocupa un puesto más alto en la consideración de la gente”. En dicho estudio se concluye que lo orgánico vende si se incorpora al paquete, pero no es forzosamente el elemento clave. La mayor parte de los minoristas entrevistados opinó que las cadenas ecológicas y orgánicas sólo venden si tienen un gran diseño. La excepción son las categorías de ropa de casa y prendas para niños, en las cuales, lo orgánico se valora más.
El mercado de la moda ética está creciendo, pero hay que situarlo en su contexto. Actualmente, representa el 0,4 por ciento del mercado del Reino Unido. Para que este sector tuviera un crecimiento sostenible, las marcas y los minoristas más importantes deberían empeñarse más. El lado positivo es que las pruebas indican que si los minoristas no incorporan productos éticos ni abordan áreas problemáticas de sus cadenas de suministro, sus empresas acabarán por sufrir. En el estudio de Mintel, 48 por ciento de los encuestados afirma que los minoristas de ropa deberían dejar claro si las prendas fueron fabricadas respetando las normas éticas reconocidas que preservan las condiciones de trabajo en los países emergentes.
También llevará tiempo sensibilizar a un gran número de las marcas y los minoristas más importantes para que pasen de proyectos puntuales de responsabilidad social de la empresa, como la compensación por emisiones de carbono y unas pocas líneas de camisetas del comercio justo, a una estrategia integral que aborde toda la cadena de suministro. Las marcas que tomen la delantera en ofrecer transparencia a los consumidores, combinada con un diseño de inspiración innovadora, se asegurarán un puesto entre los futuros “grandes nombres” del mundo de la moda.
Cortesía de Made-By©
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